Miércoles 7 de marzo: Estoy segura de que la mayoría se levantó dos horas antes. Estábamos todos tan contentos que algunos apenas dormimos esa noche, pensando en como sería esa semana fuera del instituto, esa semana que llevábamos esperando desde septiembre con tanta ilusión y con tantos planes.
Lo único que fallaba ese día era el mal tiempo, y a más de uno se le fueron las ganas al pensar que posiblemente estaríamos toda una semana con ese tiempo tan malo. Una vez en Tarifa, la suerte ya no nos daba de lado, y el tiempo cambió. Hacía muy buen tiempo y todos estábamos muy contentos y con muchas ganas de llegar a nuestro primer destino: Sevilla.
Al llegar, lo primero que hicimos fue conocer a nuestro monitor, que estaría con nosotros durante toda esa semana. Luego se repartieron las habitaciones y nos dejaron descansar un poco.
Al día siguiente nos levantamos pronto para poder visitar todos los sitios más destacados de la ciudad de Sevilla. Fuimos a la Giralda, y visitamos otros edificios y plazas. Esa misma tarde, tuvimos el honor de navegar por uno de los ríos más conocidos de la península, el río Guadalquivir. El trayecto duró una hora y fue bastante interesante. Al terminar, les pedimos a los profesores que nos dejaran tiempo libre para poder irnos de compras, y así fue. Ya no faltaba mucho tiempo en Sevilla, nos faltaba solo un día pero supimos aprovecharlo muy bien. Por la mañana fuimos al palacio de los Alcázares, catalogado entre los palacios más importantes de Europa, al que visitamos y nos informamos gracias al guía que teníamos. Ese día tuvimos toda una tarde libre para hacer lo que quisiéramos, y la mayoría aprovechamos para conocer Sevilla de noche o para ver a amigos o familiares que vivían ahí.
Viernes, 10 de marzo: Día muy esperado por algunos ya que íbamos a la capital de España, Madrid. Para llegar hasta ahí, tuvimos que coger el AVE donde la mayoría aprovechamos para descansar ya que estábamos muy cansados y llevábamos días sin dormir. Al llegar a Madrid, nos encontramos con nuestro profesor José Ángel Uriarte, que no había estado con nosotros en Sevilla. Ese día muchos estábamos tristes ya que no era el mismo ambiente que el de Sevilla, pero conforme pasaba el tiempo, nos fuimos habituando y nos acabó gustando demasiado después de visitar el campo del Santiago Bernabeu y el famoso museo del Prado.
La sensación que tuvimos al estar dentro del campo, fue impresionante, inexplicable, preciosa e inolvidable, y eso pensamos todos, hasta los que no son fanáticos del fútbol.
Los días en Madrid fueron impresionantes, y el hostal en el que estábamos alojados estaba en pleno centro de la ciudad, y eso ayudaba a la hora de querer salir, ya que no teníamos que coger ningún autobús para desplazarnos.
Uno de esos días se celebraba el partido más esperado de esa temporada: R. Madrid - Barça. Muchos apostábamos por quien sería el ganador. A la hora del partido, fuimos todos a un bar que había al lado del hostal, que estaba repleto de gente, nos acomodamos y vimos el partido. Esa misma noche nadie entró más contento que otro al hostal, ya que el partido había terminado con un empate.
Al día siguiente nos llevaron al jardín botánico por la mañana, y por la tarde nos dieron tiempo libre para poder irnos de compras. Esto nos vino muy bien ya que las tiendas estaban muy cerca de donde estábamos alojados y podíamos ir cuando nos apeteciese. Ese día, unos se fueron de compras y otros optaron por descansar y dormir.
Ya faltaba poco para despedirnos otra vez de esa ciudad, y a más de uno le costó. Es increíble como pudimos habituarnos a ese ambiente en solo 3 días.
Tuvimos la suerte de estar acompañados por Nacho en ese viaje, ya que él era de Madrid y esa era una gran ventaja a la hora de tener que visitar todos los sitios típicos de la capital.
Nuestro último día se acercaba y teníamos que empezar a hacer las maletas ya.
Martes, 13 de marzo: Otra vez nos tocaba levantarnos muy temprano porque nos esperaba un largo viaje. Fuimos en metro hasta la estación de tren y ahí volvimos a coger el AVE que nos llevaría a Sevilla. Una vez en el AVE, muchos nos acordamos de dos bonitas anécdotas. La primera fue la cara de bobos que se nos quedó a más de uno al ver a un famoso torero bajando del tren (José Ortega Cano), y que luego, al pararnos en una ciudad, unos americanos se confundiesen de maleta y se llevasen la de un compañero nuestro.
Una vez en Sevilla cogimos el autobús que nos estaba esperando para llevarnos a Puerto de Santa María (Cádiz).
Una vez más, no nos dimos cuenta de las horas que pasaban estando juntos en el autobús, y que ya habíamos llegado al hotel donde íbamos a alojarnos. Al entrar, más de uno se puso muy contento ya que era el mejor sitio donde nos habíamos alojado en toda esa semana. Aprovechamos algunos para descansar y luego salimos a visitar la ciudad. Fuimos a la plaza de toros y al paseo marítimo. Más de uno tenía mucho frío y preferimos volver al hotel. Antes de cenar muchos aprovecharon para llamar a sus padres y ver la reacción de estos antes las notas (ese día se las daban a nuestros padres, y más de uno estaba muy asustado).
Esa era la última noche de ese viaje que tanto esperábamos y más de uno supo aprovecharla.
Al día siguiente otra vez debíamos levantarnos pronto, y esta vez era para ir a Algeciras y coger el barco de vuelta. El temporal estaba muy mal, y hacía mucho viento. Al principio nos informaron de que no íbamos a poder volver ese día, y que tendríamos que pasar la noche en Algeciras. Todos nos pusimos muy contentos al darnos esa noticia (que a pesar de ser mala, para nosotros era muy buena). Desgraciadamente, pasados diez minutos volvieron a informarnos que embarcaríamos en un barco lento, que tardaría en llegar pero que llegaría.En el barco más de uno se quedó dormido, todos estábamos muy cansados, y al levantarnos ya habíamos llegado a Tánger. Fue una sensación muy rara el darte cuenta que el viaje que tanto deseabas que llegara, ya hubiese terminado. Nuestros padres nos esperaban en el puerto, nos despedimos de nuestros profesores y amigos, y cada uno se fue a su casa. Siempre quedará un bonito recuerdo y un gran aprecio a los 3 profesores que fueron con nosotros: Julio, Nacho y Uriarte.
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