La segunda parte del intercambio entre los alumnos de nuestro instituto y el instituto "Altares", de Madrid, tuvo lugar entre los días 17 y 22 de abril. Éstas son las impresiones de algunos alumnos participantes:
"Más de un mes después de haber recibido la visita del instituto "Altares" y ya entrado abril, nos preparamos para ir a Madrid a ver a nuestros compañeros de intercambio. Hablábamos a menudo con ellos por Messenger, pero aún así todos nos echábamos de menos.
El Viernes, 17 de abril, salimos del aeropuerto de Tánger en dirección Madrid, una vez en el aeropuerto nos recogieron los familiares de nuestros compañeros y fuimos a Rivas-Vaciamadrid. Dejamos el equipaje y fuimos presentados a las familias. Esa noche dimos una vuelta por Rivas, conociendo gente nueva, visitamos nuevos lugares, asistimos a un concierto de rock…etc.
El Sábado, 18 de abril, fuimos a visitar Madrid, nos trasladamos en metro a la Puerta del Sol y de allí fuimos visitando algunos lugares emblemáticos de Madrid, la propia puerta del sol, el palacio de oriente, La gran vía… etc. Algunos fueron de compras por la Gran Vía, otros volvieron a Rivas, otros a tomar algo…. Por la tarde retornamos a Rivas y fuimos a su centro comercial (H2 Ocio) donde cenamos y pasamos el rato charlando y jugando en una sala de juegos.
El domingo, 19 de abril, visitamos el museo del Prado. Más tarde y tras haber visitado las principales obras que contiene el museo, fuimos al parque del retiro. Pasamos un domingo de césped, tomando el sol, dimos una pequeña vuelta en bote por el lago del parque…. Más tarde fuimos al palacio Reina Sofía a visitar el Guernica, pero como estaba cerrado propusimos posponerlo para el día siguiente. Por lo tanto aprovechando la cercanía de la estación de Atocha, fuimos a visitar el memorial a las víctimas de los atentados del 11-M y mientras algunos volvían a Rivas otros se fueron de compras.
El lunes, 20 de abril, fuimos al Palacio de hielo, pero estaba cerrado. Aprovechando el cansancio acumulado tras varios días de andar y de no dormir lo suficiente, nos tumbamos en un parque cercano y pasamos un ameno rato charlando, “tumbados a la bartola”. Por la tarde visitamos el Palacio reina Sofía y vimos el guernica (impresionante, por cierto). Por la tarde, retornamos a Rivas y fuimos al H2 Ocio donde pasamos un rato especialmente agradable, hablando, riendo e incluso bailando….
El martes, 21 de abril, cogimos desde la estación de Atocha, el ave hacía Toledo. Gracias a la bondad del profesor de religión del instituto de Rivas, que accedió a enseñarnos la ciudad, pudimos visitar una de las ciudades más bonitas y pintorescas de España. Cuna de Judíos, Cristianos y Musulmanes; Romanos, Íberos y visigodos… alberga gran cantidad de monumentos y museos en los que se exponen verdaderas maravillas. La propia ciudad de Toledo, con sus peculiares callejuelas, con el bonito Alcázar, (reconstruido en parte tras la Guerra Civil) es una maravilla. Fue un día muy caluroso y hubo que andar mucho, pero fue por igual muy divertido y mereció la pena. Esa noche, a modo de despedida y aprovechando que era el cumpleaños de un alumno de Tánger, organizamos una pequeña fiesta en un parque, donde abundaron las risas, el buen rollo, y las charlas animadas entre unos y otros.
El miércoles, 22 de abril, por la mañana tras habernos despedido de todos, cansados de tanto andar y quizás con cierta nostalgia por volver a Tánger y ver a nuestros seres queridos y a nuestros amigos y amigas, embarcamos en el avión que habría de devolvernos a nuestra anhelada Tánger, a la ciudad de los dos mares, a la rutina del instituto. Dejábamos atrás a nuestros amigos madrileños con los que tantas experiencias habíamos compartido, pero no sin antes haberles hecho prometer que volverían a Tánger de visita este verano.
En parte, este trabajo ha sido dedicado a los futuros alumnos de Rivas, que si dios quisiera que se realizase el año que viene otro intercambio y si por alguna casualidad leyesen este artículo, se diesen cuenta que en verdad el intercambio se ha realizado tranquilamente y en armonía y que pueden venir a Tánger sin ningún temor. También hay que aprovechar la ocasión para agradecer a José Ángel Uriarte, por su paciencia y por haber hecho posible la realización de este intercambio; a Juan Luengo Guerrero, por haber hecho los trámites necesarios y por tomarse la molestia de haber hecho posible la realización de este encuentro intercultural tan productivo; y a todas las personas que de una forma u otra hayan ayudado a la realización de esta experiencia (padres y madres, profesores...)."
Hamza Benattia Melgarejo 1ºBach. A
Pero ésta no es la única crónica. Aquí van dos más:
Viernes 17 de Abril de 2009 - "Llegada a Rivas"
Para empeza, nuestro vuelo llegó con retraso y los españoles, al igual que nosotros en su momento, estuvieron esperando más de lo normal en el aeropuerto.Mientras saludábamos, empezamos a conocer a los padres de nuestros correspondientes y acto seguido cada cual se dirigió al aparcamiento para ir a casa a dejar las maletas y lo que correspondiese.Al llegar a casa, en mi caso, me ofrecieron una merienda (leche con galletas). Tras haberme instalado y un dado un paseo por casa, me las arreglé para quedar con los demás.Esa tarde, estuvimos en el "Rivas Center" donde conocimos a gente e hicimos amistadas. Después de estar un rato allí, algunos fuimos a la Casa de la juventud. Alejandro y Laura actuaban esa noche.Después de un rato allí, fuimos con intenciones de cenar al Star, un restaurante que estaba más o menos cerca, pero no había sitio, así que nos acabamos encontrando en el Burger King. Luego cada uno se fue a casa.
Sábado 18 de Abril de 2009. "Perdidos en la Gran Vía".
La mañana, pese a habernos levantado un poco temprano considerando las dos horas de diferencia que hay entre Marruecos y España, prometía pues se estimaba buen tiempo: soleado y cielo claro.Aquel rápido desayuno venía seguido de un largo o corto paseo según la distancia a la que se encontrara la casa de nuestro correspondiente, en mi caso, cerca y además iba acompañado.La primera visita era al Palacio Real de Madrid. Era una construcción de gran belleza artística. La decoración interior de las estancias del Palacio era fastuosa: la integraban enormes espejos que demostraban de alguna forma el poder del monarca...Al acabar la visita al palacio, tuvimos un rato de descanso en el cual la mayoría aprovechamos para comer algo.Entonces, fue cuando nos dirigimos a la Gran Vía. Cada uno de nosotros estaba ansioso por contemplar las nuevas temporadas en las tiendas que solemos frecuentar.En fin... la mayoría no se decidían por qué hacer así que Issam, Souhail y yo nos fuimos de compras. Fueron cinco cortas y largas horas, cortas para nosotros y largas para el resto de compañeros, que daban por hecho que nos habíamos perdido y por eso, en lo que nosotros estábamos de compras, ellos se dedicaron a buscarnos...Supongo que después de explicar lo que fue el malentendido y disculparnos, fuese o no culpa nuestra, se zanjó el asunto. Acabamos cenando en el Doner Kebap " La Mezquita Azul"...Tras comer, estuvimos un rato en los recreativos y luego cada uno se fue a casa...
Domingo 19 de Abril de 2009. "Unas cuantas visitas..."
A pesar de ser domingo, teníamos que despertarnos temprano porque nos esperaba un día muy ajetreado. Teníamos que visitar el Museo del Prado y algunas de las plazas más importantes de Madrid, la tarde serií libre.Quedamos a las 9:00 en la puerta del metro de Rivas. Mientras los demás iban en metro, Sonia y yo fuimos en el coche de Juan. El resto llegó 20 minutos después.Todo el grupo nos dirigimos a la puerta del museo. Además de ver la exposición del Greco, subiendo dos pisos más estaba la exposición del Filósofo y Pintor Francis Bacon,Después nos quedamos un rato en el jardín del museo y fuimos al Retiro. Había buen ambiente, aunque algunos optamos por hacer otras cosas como ir de compra por ejemplo, mientras que algunos comían en el parque.Después, fuimos andando hasta Atocha, para ver el Guernica en el museo Reina Sofía que, para nuestra "desgracia" estaba cerrado, así que en el tiempo que habríamos empleado en verlo, nos pusimos a planear qué hacer al día siguiente. Después del extenso debate ( más de una hora ), nos fuimos en metro a Rivas y estuvimos en el Hocio, un Centro Comercial, y luego nos fuimos a casa.
Elías Bakkali
LUNES:
El lunes por la mañana, todos acompañamos a nuestros respectivos compañeros a su instituto. Allí, el director del centro nos estuvo enseñando las instalaciones y algunas clases por dentro. Incluso alguno tuvo que analizar oraciones subordinadas en una clase de Lengua. Tras haber tomado un pequeño desayuno en la cafetería del instituto, decidimos ir a un centro comercial, “El Palacio de Hielo”, para patinar sobre hielo. Pero al llegar descubrimos que las pistas estaban cerradas y nos “llevamos un chasco”. Así que, al no poder patinar, nos dedicamos toda la mañana y parte de la tarde a comprar y jugar en la bolera y en los juegos recreativos. Es impresionante cómo esas maquinitas pueden sacarte el dinero con facilidad, pero bueno, una vez al año no hace daño. Más tarde fuimos a un parque al lado del centro comercial, donde nos tumbamos en el césped. Estuvimos allí unas cuantas horas descansando, charlando sobre lo que haríamos por la tarde y al día siguiente y bromeando. Tras un buen rato de no saber lo que hacer, decidimos ir a ver el Guernica de Pablo Picasso en el museo Reina Sofía. Y no solo vimos el Guernica, sino también varios cuadros más de Picasso, además de unas interesantes exposiciones sobre la Guerra Civil Española y unas esculturas un tanto curiosas situadas en un patio interior. Más tarde volvimos a Rivas. Algunos quedamos en ir al centro comercial de allí, aunque muchos no pudimos. El resto de la noche la pasé en casa de mi compañero, el cual no había podido ir a la excursión.
MARTES:
El martes fuimos a Toledo en el tren AVE, en el cual el viaje se hizo comodísimo. Cuando llegamos, nos recibió un profesor de allí, Benito, quien muy amablemente nos estuvo enseñando la ciudad y explicándonos su historia. Toledo había sido una ciudad celtíbera, romana, visigoda, musulmana, y finalmente cristiana, aunque hubo un periodo de convivencia entre musulmanes, judíos y cristianos. Anduvimos por sus callejuelas y observamos numerosos monumentos, entre ellos las puertas de la ciudad. Por la tarde hicimos un descanso para comer, y algunos nos fuimos a un parque cerca de la plaza donde nos habíamos citado para más tarde, mientras que otros se quedaron apoyando a una exposición que había de militantes de Greenpeace contra los transgénicos. Estuvimos allí un rato hasta que reiniciamos la marcha. Fuimos entonces a visitar la casa de “El Greco”, en la cual había un museo sobre sus obras. A continuación fuimos a ver su obra más conocida, “El entierro del conde Orgaz”, aunque el entusiasmo por verla no se manifestó mucho en los presentes. A continuación bajamos de nuevo a la estación de tren en autobús y montamos de nuevo en el AVE para volver a Rivas. Cuando llegamos, algunos nos fuimos a pasear por la zona donde solían reunirse los amigos de algunos de nuestros compañeros y compañeras ripenses. Más tarde, tras arreglarnos un poco, fuimos a cenar a un centro comercial. Apenas hubo algún incidente durante la velada, la cual se nos hizo muy agradable, al menos por mi parte. Más tarde salimos al exterior del centro comercial para festejar el cumpleaños de nuestro compañero Driss sobre el césped de los jardines del exterior. A muchos no los volveríamos a ver al día siguiente, así que aprovechamos para despedirnos. Luego, uno a uno, fuimos volviendo a nuestras respectivas casas.
MIÉRCOLES:
Ya por la mañana nos envolvía un aire triste, sabíamos que la hora se acercaba. Poco a poco, todos fuimos llegando al aeropuerto, hasta que estuvimos todos y empezamos a facturar las maletas. Fue entonces cuando empezamos a despedirnos todos. Hubo un poco de tristeza y llanto, pero todos nos llevábamos un buen recuerdo de esta experiencia, y sabíamos que no tenía porque ser la última vez que nos viésemos. Estuvimos firmando dedicatorias al profesor Juan Luengo, quien también cumplía años…treinta y ocho, creo. Por último pasamos a la sala de embarque, y allí estuvimos esperando hasta la hora de subir al avión. Cuando el avión despegó, supe (y creo que hablo en el nombre de todos) que no olvidaría jamás la magnífica experiencia que acababa de vivir. El viaje de vuelta se hizo corto, para mí más que el de ida. Al llegar, tuve una sensación como si no hubiese descansado en años, y me invadieron unas ganas enormes de llegar a mi casa. Pero sabía que ese cansancio, esa energía gastada durante cinco días, había valido la pena.
Manuel García