Se ha celebrado el acto oficial de apertura del curso escolar 2008-2009. Ha estado presidido por el Excmo. Sr. D. José de Carvajal, Cónsul General de España en Tánger, quien estuvo acompañado en la mesa presidencial por los directores del Instituto "Severo Ochoa", D. Luís Gutiérrez, del Instituto Cervantes, D. José Manuel Toledo y el del Colegio Español "Ramón y Cajal", D. Xosé Manuel Barreiro, además de por quien después desarrollaría una entretenida conferencia, D. Jesús Luna Torres, Jefe de Campamento de la Ruta Quetzal.
Los alumnos, que asistieron en su totalidad, más un gran número de profesores de los tres centros y muchos progenitores de alumnos, y otros asistentes que por discrección quisieron pasar casi inadvertidos, como el Sr. Arzobispo o la Directora de Casa Riera, aplaudieron a Omar Tassi al recibir la beca de libros que cada año otorga la Asociación de Antiguos alumnos al estudiante con mejores resultados en el curso precedente, beca que entregó, un año más, el Sr. Mokhtar Srifi.
Los tres directores hicieron una breve glosa de lo realizado el curso pasado y de los proyectos para el actual y tuvieron palabras de despedida y de acogida para los profesores que ya finalizaron su periodo de adscripción en Marruecos y para los que acaban de incorprarse a sus puestos en Tánger.
El profesor de Educación Física, David Mata y la alumna Yousra Ben Moussa presentaron al conferenciante: David Mata destacando la importancia educativa del proyecto de la Ruta Quetzal y la rica trayectoria del Severo Ochoa en esta actividad, con tres alumnas que han participado en ella. No dijo, tal vez por modestia, que ha sido él el impulsor de esta participación. Yousra expuso brillantemente su experiencia y emociones de este verano y destacó las lecciones aprendidas de solidaridad, esfuerzo y espíritu de superación. Lo que somos capaces de hacer, vino a decir, supera nuestra imaginación.
Jesús Luna supo captar enseguida la atención del público más joven y, lo que es más difícil, matenerla durante toda su exposición, en la que, apoyándose en un documental sobre el último recorrido de la Ruta Quetzal puso como muestra las peripecias vividas por los expedicionarios para ilustrar, como antes Yousra, la solidaridad, el esfuerzo y el espíritu de superación como herramientas para la vida.
El Excmo. Sr. Cónsul General de España cerró el acto con palabras de complacencia para la colaboración entre las tres instituciones educativas de España en Tánger y declaró inaugurado el curso 2008-2009.
En dos sesiones, los grupos de tercero y primero A de ESO fueron al laboratorio y allí, la profesora Mª Carmen Muñoz realizó una breve introducción histórica sobre la relación entre la música y los números. A continuación, el profesor de Física – al mismo tiempo músico- Daniel Torres les preparó una escala musical realizada con botellas de agua y explicó de forma práctica las características y el fundamento físico del sonido. 
Dos pentagramas dibujados en la pizarra con pequeños fragmentos de dos composiciones El Himno a la Alegría de Beethoven y un Espiritual sirvieron al profesor Daniel Torres para ir mostrando cada una de las notas que producían los golpes en las botellas. Luego, algunos alumnos y alumnas utilizaron este instrumento para tocar el fragmento elegido y, además, continuaron completando el pentagrama. Por último algunos alumnos realizaron una serie de preguntas relacionadas con la física del sonido.
La recogida ha estado coordinada por los profesores David Mata (Ed. Física) y José Ángel Uriarte (Lengua Española).
Una multitud de alumnos han pugnado por participar en las diferentes modalidades y hasta algunos profesores han querido probar suerte en los lanzamientos.
Tras un rato esperando mientras la profe se intentaba comunicar con los pescadores, fuimos hasta la arena de la orilla y nos repartimos en tres grupos de: seis alumnos más o menos, un profesor y un “chófer-guía” por barca. El viaje fue divertido y cómodo. Mientras algunos tomaban apuntes de la información que el pescador nos iba dando, sobre lo económica que era la laguna para ellos, la profundidad de ésta y otros datos, otros íbamos recogiendo muestras de plancton con un utensilio llamado manga, aunque bien podría haber pasado por cazamariposas. Durante un buen rato, tal vez una, dos horas, no lo calculé, estuvimos observando todo tipo de aves. La laguna es una reserva protegida y reconocida a nivel mundial por la gran cantidad de especies de aves que allí viven durante las migraciones, muchas de ellas endémicas de Marruecos, y muchas otras, además, en peligro de extinción. La laguna no sólo tiene especies animales endémicas, sino plantas que únicamente se pueden ver allí y que son otro factor que incrementa el interés biológico y ecológico de Merja-Zerga. Vimos desde aves zancudas como las garzas y flamencos hasta rapaces como el aguilucho lagunero. 
Tras estar un rato sobre la barca descendimos a suelo firme en una isla en medio de la laguna. Allí la profesora nos estuvo explicando los mecanismos de algunas plantas para hacer frente a las crecidas de las mareas y la salinidad del suelo. Nos contó que plantas, como la sarcoconia, tenían un nivel de salinidad mayor que el del suelo, y así podía tomar mejor el agua con sales minerales. Lo cierto es que para que lo comprobásemos nosotros mismos, nos invitó a probar las hojas de la planta. Tenía razón. Vimos plantas también como la espartina, que enrollaba sus hojas para que el agua que tenían no se evaporara por los estomas. Tras andar un rato sobre el suelo fangoso de la isla, seguimos nuestro paseo en barca.
Seguimos viendo e identificando aves como las diferentes especies de gaviotas, y a la vez, tomando apuntes y recogiendo plancton. Durante un pequeño rato, paramos sobre un islote cubierto de conchas de moluscos. Las acumulan las aves tras devorar a los animales, y los restos los depositan ahí para tener un espacio seguro y una posición favorable para observar en busca de presas. Cuando acabamos de nuestro recorrido en barca, los pescadores nos dejaron en un cordón arenoso. 
Hicimos una pausa para comer. Estuvimos descansando, algunos recostados en la arena hablando, escuchando música o incluso durmiendo, mientras otros subimos a lo alto de una enorme duna que había. Más tarde tuvimos que partir hacia el extremo de la orilla en la que estábamos para que las barcas nos recogieran de nuevo.
Nos llevaron al punto de partida en la playa. Allí los pescadores nos enseñaron un edificio donde mantenían al marisco que pescaban. Allí estuvimos entreteniéndonos en curiosear las piscinas de las langostas y bogavantes. La profesora, que había traído nevera (venía preparada), compró marisco. Tras salir del establecimiento nos fuimos hacia el autobús. Volvimos a embarcar y realizamos el viaje de vuelta relajados, pero contentos de haber aprendido tanto, haberlo pasado tan bien, y todo eso, juntándolo con que habíamos perdido un día entero de clase, hizo que volviéramos a casa con una sonrisa de oreja a oreja.
